La rodilla es una de las articulaciones más importantes y, al mismo tiempo, una de las más castigadas de nuestro cuerpo. Ya sea que practiques deporte de forma habitual, camines cada día para mantenerte activo o simplemente lleves una vida normal, las rodillas soportan buena parte del peso corporal y participan en casi todos los movimientos que realizamos.

Por eso, cuando aparece dolor, rigidez o sensación de bloqueo, especialmente en personas mayores de 40 o 50 años, no es extraño que detrás de esos síntomas se encuentre la artrosis de rodilla.

En este artículo te explicamos qué es exactamente la artrosis de rodilla, cuáles son sus síntomas iniciales, qué otros tipos de dolor pueden confundirse con ella y qué opciones de tratamiento existen para mejorar sin necesidad de cirugía.

¿Qué es exactamente la artrosis de rodilla?

La artrosis de rodilla, también conocida como gonartrosis, es una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago que recubre los extremos de los huesos en la articulación.

El cartílago es un tejido elástico que actúa como amortiguador, facilitando el movimiento suave entre los huesos. Con el paso del tiempo, este tejido se desgasta, pierde grosor y elasticidad, y deja de cumplir su función protectora. Como consecuencia, los huesos empiezan a rozar entre sí, lo que provoca dolor, rigidez y, en algunos casos, inflamación.

Aunque tradicionalmente se asociaba a personas mayores, cada vez más adultos jóvenes presentan artrosis de rodilla, sobre todo aquellos con lesiones deportivas previas, quienes practican actividades de alto impacto sin la preparación adecuada o personas con sobrepeso, donde la carga adicional acelera el desgaste de la articulación.

Síntomas iniciales de la artrosis de rodilla

El diagnóstico temprano de la artrosis es un desafío, porque los síntomas iniciales pueden confundirse con molestias musculares o pequeñas lesiones sin importancia. Sin embargo, hay señales características que conviene tener en cuenta para evitar que la enfermedad avance sin control.

Principales síntomas a tener en cuenta

  1. Dolor al mover la rodilla
    Es el síntoma más frecuente. Aparece tras actividades como caminar largas distancias, subir escaleras o permanecer mucho tiempo de pie. Al inicio mejora con el reposo, pero a medida que avanza la enfermedad, el dolor se vuelve más constante.
  2. Rigidez matutina
    Al levantarte por la mañana o después de estar sentado un rato, la rodilla puede sentirse rígida. Este síntoma suele durar unos minutos y mejora al empezar a moverte.
  3. Crujidos o sensación de fricción
    Cuando el cartílago se desgasta, los movimientos generan ruidos o chasquidos internos llamados crepitación. A veces se acompañan de una sensación de fricción en el interior de la articulación.
  4. Leve hinchazón o calor local
    Aunque en fases iniciales no suele haber inflamación evidente, tras realizar esfuerzos es habitual notar cierta hinchazón o una sensación de calor alrededor de la rodilla.
  5. Pérdida de fuerza o inseguridad
    Algunas personas describen que su rodilla “falla” o pierde fuerza de forma repentina, incluso sin dolor intenso. Esta inestabilidad es un signo de que el cartílago ya no protege adecuadamente la articulación.
  6. Limitación progresiva del movimiento
    En fases más avanzadas, la articulación puede perder flexibilidad, dificultando gestos cotidianos como ponerse en cuclillas, arrodillarse o caminar distancias largas.

Diferentes tipos de dolor de rodilla: no todo es artrosis

Es fundamental recordar que no todo dolor de rodilla implica artrosis. Existen múltiples causas de molestias en esta articulación, y diferenciarlas es clave para aplicar el tratamiento correcto.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, trabajamos con un enfoque multidisciplinar para distinguir entre:

  • Dolor por sobrecarga o tendinitis, muy común en corredores y personas con trabajos que exigen esfuerzo físico repetitivo.
  • Dolor por lesiones meniscales o ligamentosas, que suelen aparecer tras un giro brusco o un traumatismo directo.
  • Dolor irradiado desde la cadera o la columna lumbar, que puede confundirse con dolor de rodilla al reflejarse en esa zona.
  • Dolor neuropático, que no proviene de los tejidos, sino de alteraciones en los nervios.

Entender la diferencia entre estos cuadros evita diagnósticos erróneos y garantiza un tratamiento más efectivo.

¿Por qué es tan importante un buen diagnóstico?

Un diagnóstico preciso en las primeras fases de la artrosis es esencial para frenar la progresión de la enfermedad y mantener la calidad de vida.

Evaluaciones y pruebas más habituales

En nuestro centro realizamos una exploración clínica completa, donde se valoran la movilidad, la fuerza muscular y los síntomas que describe el paciente.

Cuando es necesario, recurrimos a pruebas de imagen como radiografías, que permiten observar el espacio articular y el estado del cartílago, o resonancias magnéticas, que ofrecen un análisis más detallado de los tejidos blandos y estructuras internas de la rodilla.

Además, es fundamental analizar el estilo de vida de cada persona: el tipo de actividad física que realiza, su ocupación laboral y sus hábitos diarios. El tratamiento de la artrosis no puede ser genérico, debe adaptarse a cada paciente para ser realmente eficaz.

Tratamiento sin cirugía: fisioterapia, ejercicio y educación

Aunque mucha gente cree que la única solución para la artrosis es la cirugía, lo cierto es que en la mayoría de los casos el tratamiento conservador da excelentes resultados.

El abordaje más efectivo combina fisioterapia, ejercicio terapéutico y educación para el autocuidado, tal y como recomiendan las principales guías médicas internacionales.

1. Fisioterapia personalizada

La fisioterapia ayuda a reducir el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer la musculatura que rodea la rodilla. Para ello, se utilizan técnicas manuales, estiramientos, ejercicios guiados y, en algunos casos, terapias complementarias como la electroterapia o la aplicación de calor y frío controlado.

El objetivo es aliviar los síntomas y preparar la articulación para afrontar mejor las demandas del día a día.

2. Ejercicio específico y adaptado

El movimiento es una auténtica medicina. Con un plan de ejercicio bien diseñado, se mejora la función articular, se previene la rigidez y se reducen los episodios de dolor.

No se trata únicamente de trabajar la rodilla, sino de fortalecer toda la cadena muscular implicada: muslos, glúteos y zona abdominal. Al ganar fuerza en estas áreas, la rodilla queda más protegida y soporta menos carga directa.

Además, el ejercicio regular favorece la circulación sanguínea, estimula el metabolismo del cartílago y ayuda a mantener un peso corporal adecuado, un factor crucial para reducir la presión sobre la articulación.

3. Educación y autocuidado

El tratamiento no termina en la consulta o en la sala de rehabilitación. Parte fundamental del proceso es que el paciente aprenda a cuidar sus rodillas en el día a día.

Esto incluye identificar movimientos o posturas que pueden dañar la articulación, adaptar ciertos hábitos y mantener rutinas saludables. A menudo se recomiendan pequeños cambios en el estilo de vida, como evitar permanecer mucho tiempo de pie sin moverse, alternar actividades de impacto con otras de bajo impacto (como natación o bicicleta) y usar calzado adecuado.

En algunos casos, también puede ser útil complementar el tratamiento con suplementos para la salud articular, plantillas personalizadas para corregir la pisada o infiltraciones de ácido hialurónico, que ayudan a mejorar la lubricación de la rodilla.

Claves finales para tratar la artrosis de rodilla sin cirugía

La artrosis de rodilla no tiene por qué suponer el final de la actividad física ni una condena al dolor crónico. Con un diagnóstico temprano, un tratamiento adaptado y el compromiso con el autocuidado, es posible mejorar los síntomas y mantener un estilo de vida activo.

El dolor no debe ser visto como una señal para dejar de moverte, sino como una advertencia de que la articulación necesita un enfoque diferente. Incorporar fisioterapia, ejercicio terapéutico y buenos hábitos marca una gran diferencia en la evolución de la enfermedad. 👉 En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías estamos aquí para ayudarte a entender tu dolor, a tratarlo desde la raíz y a acompañarte en cada paso hacia tu recuperación. Pide cita sin compromiso aquí.

El dolor lumbar es uno de los motivos más frecuentes de consulta en fisioterapia y medicina general. Muchos pacientes llegan al Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga diciendo: “Me duele la espalda, creo que tengo ciática”. Sin embargo, no todo dolor lumbar es ciático. Comprender la diferencia entre ambos es esencial para recibir un tratamiento adecuado y lograr una recuperación más rápida.

En este artículo te explicamos las diferencias clave entre el dolor lumbar y la ciática, cómo reconocerlos y cómo abordarlos de manera efectiva a través de fisioterapia avanzada, ejercicio terapéutico y educación del paciente.

¿Qué es el dolor lumbar?

El dolor lumbar o lumbalgia es una molestia localizada en la parte baja de la espalda. Puede ser agudo (días o semanas) o crónico (más de tres meses).

Principales causas del dolor lumbar:

  • Sobrecargas musculares.
  • Posturas mantenidas incorrectas.
  • Debilidad del core.
  • Estrés emocional.
  • Hernias discales o degeneración de discos.
  • Problemas articulares o de ligamentos.

En muchos casos, se trata de dolor lumbar inespecífico, es decir, no está provocado por una lesión concreta, sino por un desequilibrio funcional o varios factores combinados.

¿Qué es la ciática?

La ciática no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma causado por la irritación o compresión del nervio ciático. Este nervio nace en la parte baja de la columna y recorre pelvis, glúteos, parte posterior del muslo, pierna y pie.

Síntomas frecuentes de ciática:

  • Dolor que irradia desde la espalda baja hasta la pierna o el pie.
  • Hormigueo o entumecimiento.
  • Debilidad muscular en la pierna o el pie.
  • Dolor punzante o sensación de corriente eléctrica.

La causa más habitual es una hernia discal, pero también puede deberse a estenosis espinal, espondilolistesis o síndrome del piramidal.

Diferencias entre dolor lumbar y ciática

CaracterísticaDolor lumbarCiática
LocalizaciónZona baja de la espaldaGlúteo, pierna, pie
Tipo de dolorRigidez, molestia difusaDolor punzante, eléctrico
IrradiaciónNo suele irradiarSí, hacia la pierna
Síntomas neurológicosPoco comunesHabituales: hormigueo, debilidad
Empeora conPosturas mantenidasSentado mucho tiempo, tos, estornudos
Mejora conMovimiento suave, estiramientosCambios posturales, descompresión

Tratamiento en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías

En nuestro centro de fisioterapia en Málaga trabajamos con un enfoque integrativo y personalizado:

  1. Evaluación integral
    Valoramos la postura, el movimiento y los hábitos de cada paciente para identificar el origen real del dolor.
  2. Fisioterapia avanzada
    Aplicamos técnicas manuales, terapia miofascial y neuromodulación, adaptadas a cada caso.
  3. Ejercicio terapéutico
    El movimiento es la mejor medicina. Diseñamos programas con activación del core, estiramientos neurodinámicos para ciática, movilidad articular y fortalecimiento progresivo.
  4. Educación y acompañamiento
    Enseñamos a los pacientes a entender su dolor y superar el miedo al movimiento, fomentando la recuperación activa.

¿Cuándo debes acudir a un especialista?

Consulta a un fisioterapeuta o médico si:

  • El dolor no mejora tras varios días.
  • Aparece irradiación a la pierna o síntomas neurológicos.
  • Tienes dificultad para caminar o estar de pie.
  • El dolor impide dormir o trabajar.
  • Has tenido episodios previos similares.

⚠️ En casos graves (pérdida de fuerza súbita, problemas de esfínteres, fiebre asociada al dolor), acude de inmediato a urgencias.

Recomendaciones para aliviar dolor lumbar y ciática

  • Evita el reposo absoluto, mantente activo dentro de lo posible.
  • Haz pausas cada 30-40 minutos si trabajas sentado.
  • Cambia de postura con frecuencia.
  • Aplica calor en la zona lumbar para relajar la musculatura.
  • No te automediques sin orientación profesional.

Vive sin dolor con nuestro equipo

El dolor lumbar y la ciática no son lo mismo, aunque a menudo se confunden. Con un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado, la recuperación es posible.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, nuestro equipo de fisioterapia está preparado para ayudarte a moverte mejor, reducir el dolor y recuperar tu calidad de vida.

👉 Pide tu cita aquí en nuestro centro en Málaga y comienza hoy tu recuperación.

Después de unos merecidos días (o semanas) de descanso, toca volver a la rutina. El final del verano, el regreso a la oficina, la vuelta al entrenamiento… Todo se reactiva.

Pero con ese “volver a empezar”, también llegan sensaciones que a muchos nos resultan familiares: rigidez, molestias musculares, dolor en la zona lumbar, tensión en el cuello, pesadez en las piernas… ¿Te suena?

No estás solo. Cada año, en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías vemos cómo septiembre se convierte en un mes de “reencuentros” no solo con la actividad, sino también con ciertos dolores. Pero no te preocupes: la clave está en entender qué le pasa al cuerpo y cómo puedes prevenirlo antes de que se convierta en un problema mayor.

¿Por qué duele al volver?

Durante el descanso vacacional, nuestro cuerpo se adapta a nuevas dinámicas. Dormimos más (o menos), nos movemos diferente, cambiamos nuestra alimentación, y, en general, bajamos el ritmo o lo cambiamos por completo. Esto no es malo, de hecho, es necesario para desconectar, pero el cuerpo, como una máquina bien afinada, nota cada cambio.

Y luego, de repente, ¡vuelta a la silla de oficina durante 8 horas! O, peor aún, intentamos retomar el entrenamiento donde lo dejamos, como si no hubieran pasado dos o tres meses. ¿Resultado? Sobreuso, tensiones musculares, inflamación, molestias articulares y una sensación general de “estar fuera de forma”.

Las molestias más comunes de septiembre

Cada persona es un mundo, pero hay ciertos síntomas que se repiten año tras año:

  • Dolor cervical y lumbar por malas posturas prolongadas al volver a trabajar frente al ordenador.
  • Tensión en la espalda y hombros, especialmente si usamos portátil sin una postura adecuada.
  • Molestias en las rodillas o tobillos al volver a correr o hacer deporte sin una readaptación progresiva.
  • Contracturas musculares por un exceso de entusiasmo en el gimnasio después de un parón.
  • Fatiga generalizada por el estrés de la vuelta combinada con la falta de movilidad o un sobreesfuerzo físico.

¿Cómo prevenir estos dolores?

La buena noticia es que estos síntomas, en su mayoría, se pueden prevenir. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos que puedes empezar a aplicar desde hoy:

1. Escucha a tu cuerpo

Parece obvio, pero muchas veces ignoramos las señales. Si notas rigidez al despertarte, cansancio acumulado o dolores que no estaban antes, no lo pases por alto. Son avisos tempranos de que algo necesita atención.

2. Vuelve al ejercicio progresivamente

No intentes retomar tu rutina deportiva al 100% desde el primer día. La progresión es tu mejor aliada. Empieza con sesiones más suaves, trabaja la movilidad y la técnica antes de añadir intensidad o peso. El objetivo no es “recuperar el tiempo perdido”, sino adaptarte sin lesionarte.

3. Cuida tu postura en el trabajo

Si pasas muchas horas sentado, asegúrate de que tu silla de trabajo sea ergonómica: apoyo lumbar, pantalla a la altura de los ojos, pies apoyados, y pausas activas cada hora para estirar y moverte un poco.

4. Hidrátate y aliméntate bien

El cuerpo necesita nutrientes para rendir y recuperarse. Una buena hidratación y una alimentación equilibrada ayudan a reducir la inflamación y a mejorar la respuesta muscular.

5. Establece una rutina de descanso

El sueño es clave para la recuperación física y mental. Volver a una rutina de horarios también implica regular el descanso nocturno. Dormir mal puede incrementar la percepción del dolor y dificultar el rendimiento.

El papel de la fisioterapia: no esperes a sentir dolor intenso

Uno de los errores más comunes que vemos en consulta es esperar a que el dolor sea intenso o persistente para pedir ayuda. Pero la fisioterapia no es solo tratamiento, también es prevención.

Un fisioterapeuta puede ayudarte a:

  • Detectar desequilibrios musculares o malas posturas que podrían derivar en una lesión.
  • Diseñar un plan de readaptación física si has estado inactivo durante un tiempo.
  • Aplicar técnicas manuales o terapias específicas para aliviar tensiones y mejorar tu movilidad.
  • Aconsejarte sobre ejercicios preventivos y hábitos saludables adaptados a tu rutina.

Incluso una sola sesión de fisioterapia al comenzar septiembre, puede marcar la diferencia entre una vuelta cómoda o una vuelta dolorosa.

¿Cuándo es buena idea venir a consulta en Málaga?

Aquí te dejamos algunas señales que indican que podría ser útil acudir a fisioterapia:

  • Sientes un dolor recurrente al final del día, especialmente en espalda, cuello o piernas.
  • Has notado una disminución en tu rendimiento físico o falta de movilidad.
  • Estás empezando a entrenar de nuevo y quieres hacerlo con seguridad.
  • Tienes antecedentes de lesiones y no quieres que reaparezcan.
  • Estás pasando muchas horas sentado y comienzas a notar hormigueos o entumecimiento en alguna zona del cuerpo.

No hace falta “estar mal” para acudir a un fisioterapeuta. La fisioterapia preventiva puede ahorrarte semanas de dolor y ayudarte a disfrutar del proceso de volver a estar activo.

En resumen: adapta, escucha y cuida tu cuerpo

Volver a la rutina no tiene por qué ser sinónimo de molestias o frustración. Al contrario: puede ser una oportunidad para reconectar con tu cuerpo desde una perspectiva más consciente y cuidada.

Desde el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, te animamos a priorizar tu bienestar físico y a ver el regreso a la actividad como un proceso gradual, donde cada paso cuenta. Si necesitas orientación, revisión postural, tratamiento o simplemente quieres empezar septiembre con buen pie, estamos aquí para ayudarte.

Tu cuerpo te acompaña todos los días… ¿por qué no empezar a tratarlo como se merece?

Desde hace algunos años, el teletrabajo ha pasado de ser una alternativa puntual a convertirse en una forma habitual de trabajar para muchas personas. Y aunque trabajar desde casa tiene sus ventajas —comodidad, flexibilidad, ahorro de tiempo—, también ha traído consigo un nuevo enemigo silencioso: el dolor cervical.

¿Te suena esa sensación de rigidez en el cuello al final del día? ¿Dolor que se extiende a los hombros o incluso provoca dolores de cabeza? No estás solo/a. En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, cada vez recibimos más consultas relacionadas con cervicalgia asociada al trabajo frente al ordenador.

Por eso, queremos ayudarte a comprender qué la provoca, cómo evitarla y qué papel tienen la fisioterapia y el ejercicio terapéutico en tu recuperación y prevención.

¿Por qué duele el cuello cuando trabajamos desde casa?

La zona cervical es una estructura compleja que sostiene el peso de la cabeza (¡que puede llegar a pesar hasta 5 kg!) y permite movimientos como girar, inclinar o mantener la mirada fija.

Durante una jornada de teletrabajo, solemos adoptar posturas mantenidas y forzadas, como inclinar la cabeza hacia adelante o encorvar los hombros. Esto, sumado al uso prolongado del ordenador, el móvil o la tablet, puede causar:

  • Sobrecarga muscular en cuello y trapecios.
  • Rigidez en la musculatura profunda cervical.
  • Compresión articular y alteraciones posturales.
  • Dolor irradiado a la cabeza, espalda o brazos.

La falta de movimiento y el estrés también influyen. Y lo que comienza como una pequeña molestia, puede convertirse con el tiempo en un cuadro de dolor cervical crónico si no se actúa a tiempo.

El primer paso: un buen diagnóstico

No todos los dolores cervicales son iguales. Algunos se deben a contracturas musculares, otros a disfunciones articulares, e incluso hay casos en los que el problema se origina en la mandíbula, la vista o el sistema nervioso.

Por eso, en nuestro centro siempre insistimos en la importancia de un diagnóstico individualizado. Nuestros profesionales valoran tu postura, movilidad, historial clínico, nivel de estrés, ergonomía del puesto de trabajo y otros factores.

Este enfoque integral nos permite personalizar el tratamiento y evitar que el dolor cervical se cronifique o se trate de forma genérica.

El papel clave de la fisioterapia

Una vez detectado el origen del dolor, la fisioterapia se convierte en una aliada esencial. Pero lejos de limitarse a “quitar el dolor”, nuestro objetivo es ayudarte a:

  • Recuperar la movilidad cervical.
  • Reducir tensiones musculares mediante técnicas manuales o terapia miofascial.
  • Corregir desequilibrios posturales que mantienen el dolor.
  • Enseñarte ejercicios específicos que puedes realizar en casa o en el trabajo.
  • Reeducar tus gestos y hábitos diarios para evitar recaídas.

Además, empleamos herramientas avanzadas como la diatermia, la electroterapia o la readaptación funcional, en función de cada caso. Todo ello desde una mirada multidisciplinar y personalizada.

Muchos de estos abordajes forman parte de nuestra unidad de fisioterapia en Málaga, orientada tanto a deportistas como a personas que sufren dolor cervical por teletrabajo.

El ejercicio: prevención y solución en movimiento

El sedentarismo es uno de los grandes enemigos de la salud cervical. Muchas personas creen que lo mejor para aliviar el dolor es “no mover el cuello”, cuando en realidad la clave está en el movimiento controlado y guiado.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías diseñamos programas de ejercicio terapéutico personalizado para mejorar la salud cervical. Estos ejercicios ayudan a:

  • Fortalecer la musculatura estabilizadora del cuello, hombros y espalda.
  • Mejorar la postura general y el control motor.
  • Aumentar la flexibilidad de la columna cervical y torácica.
  • Disminuir el dolor y mejorar la tolerancia a las actividades cotidianas.
  • Prevenir recaídas en personas con antecedentes de cervicalgia.

Y no necesitas ser un atleta ni tener una hora al día libre. Muchos de estos ejercicios pueden integrarse en tu rutina diaria, incluso en pausas activas de solo 5-10 minutos.

Consejos prácticos para tu jornada de teletrabajo

Además del tratamiento profesional, hay muchas cosas que puedes hacer desde casa para evitar que el cuello se resienta. Aquí tienes algunos hábitos y ajustes sencillos que marcan la diferencia:

  1. Ergonomía en tu espacio de trabajo
    • Coloca la pantalla del ordenador a la altura de los ojos.
    • Mantén la espalda recta y los pies apoyados en el suelo.
    • Usa una silla con soporte lumbar y apoya los antebrazos en el escritorio.
    • Evita trabajar en el sofá o la cama.
  2. Pausas activas cada 45-60 minutos
    • Levántate, estira brazos y cuello, camina un poco.
    • Haz 3-4 movimientos suaves de rotación cervical y de hombros.
    • Intenta relajar la mandíbula y respirar profundamente.
  3. Evita el «cuello de texto»
    • No mantengas la cabeza inclinada hacia el móvil por tiempos prolongados.
    • Sube el dispositivo a la altura de los ojos siempre que puedas.
  4. Vigila tu estrés
    • El estrés aumenta la tensión muscular, especialmente en el cuello y hombros.
    • Técnicas como la respiración consciente o mindfulness pueden ayudarte a reducirlo.

Casos reales que vemos a diario

Muchos de nuestros pacientes llegan al centro tras meses teletrabajando con molestias cervicales que ya afectan su descanso, rendimiento e incluso su humor.

En la mayoría de los casos, una buena combinación de diagnóstico, fisioterapia específica y un plan de ejercicios progresivo logra resultados notables en pocas semanas.

Además, nuestro equipo de fisioterapeutas colabora con entrenadores personales, nutricionistas y psicólogos cuando es necesario, porque entendemos que el dolor no siempre es solo físico. La clave está en.

¿Y si empiezas hoy?

Cuidar tu salud cervical no tiene por qué ser complicado ni llevar horas al día. Basta con incorporar hábitos saludables, moverte de forma consciente y, cuando sea necesario, contar con el acompañamiento de profesionales.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, estamos aquí para ayudarte. Te ofrecemos una valoración individual, tratamiento fisioterapéutico avanzado y un plan de ejercicios adaptado a tu situación. Todo ello en un entorno cercano, profesional y con vocación de ayudarte a vivir sin dolor.

👉 Si trabajas desde casa y notas rigidez o dolor cervical, no esperes a que se convierta en un problema crónico. Pide tu cita de valoración y empieza a cuidar tu cuello hoy mismo.

El dolor lumbar crónico en Málaga es una de esas molestias que, aunque a veces intentamos ignorar, termina afectando a muchas áreas de nuestra vida: el descanso, el trabajo, las relaciones sociales e incluso nuestro estado de ánimo.

Si estás leyendo esto, probablemente tú o alguien cercano lidia a diario con ese incómodo dolor en la parte baja de la espalda. La buena noticia es que hay soluciones y hábitos que pueden marcar una gran diferencia. Y no, no se trata solo de “mantener la espalda recta”.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, situado en Málaga, queremos compartir contigo algunos consejos posturales clave y, sobre todo, ayudarte a comprender cómo una combinación bien guiada de diagnóstico, fisioterapia y ejercicio puede cambiar tu calidad de vida.

¿Por qué duele la zona lumbar (dolor lumbar crónico)?

Antes de hablar de posturas o ejercicios, hay una pregunta esencial: ¿de dónde viene tu dolor? No todos los dolores lumbares tienen la misma causa y no todas las personas responden igual al mismo tratamiento.

Algunas molestias provienen de sobrecargas musculares, otras de hernias discales, problemas articulares o incluso de factores emocionales como el estrés o la ansiedad.

Por eso, el primer paso, y uno de los más importantes, es un diagnóstico correcto. En nuestro centro en Málaga, este proceso implica no solo la exploración médica, sino también una valoración muscular y articular, un análisis postural y entrevistas clínicas.

Identificar correctamente el origen del problema nos permite personalizar el tratamiento, evitando soluciones genéricas que muchas veces solo alivian el síntoma sin tratar la causa.

Fisioterapia especializada para el dolor lumbar crónico en Málaga

Una vez sabemos qué ocurre exactamente en tu zona lumbar, la fisioterapia juega un papel fundamental. Pero atención: no hablamos únicamente de aliviar el dolor con técnicas manuales.

En el tratamiento del dolor crónico lumbar, la fisioterapia se convierte en una herramienta de educación, movimiento y prevención.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías trabajamos contigo para:

  • Mejorar la movilidad de la columna.
  • Disminuir las tensiones musculares que contribuyen al dolor.
  • Corregir desequilibrios que afectan a tu postura.
  • Enseñarte a moverte de forma más eficiente en tu día a día.

Además, aplicamos tecnologías como la diatermia, la electroterapia o el biofeedback cuando es necesario, siempre adaptadas a tu diagnóstico y evolución.

Esto nos permite combinar el alivio del dolor con una mejora funcional que te ayude a prevenir recaídas.

El ejercicio terapéutico: tu aliado contra el dolor lumbar crónico

Aunque suene paradójico, moverse es una de las mejores recetas para el dolor lumbar crónico.
Por supuesto, no cualquier tipo de movimiento: hablamos de ejercicio terapéutico personalizado, supervisado por profesionales de la fisioterapia y el entrenamiento.

Muchas personas evitan moverse por miedo a lesionarse más, y eso puede empeorar la situación. En realidad, el ejercicio bien adaptado ayuda a:

  • Fortalecer la musculatura que estabiliza la columna (especialmente el core).
  • Mejorar la flexibilidad y la postura.
  • Disminuir el dolor y aumentar la tolerancia al movimiento.
  • Recuperar la confianza en el propio cuerpo.

En nuestro centro en Málaga, ofrecemos programas adaptados como Hybrid o sesiones individuales donde combinamos fuerza, control motor y técnicas posturales. El objetivo es que el ejercicio no sea una carga, sino parte natural de tu vida.

Consejos posturales prácticos para tu día a día

Aquí tienes hábitos que puedes incorporar para aliviar tu zona lumbar baja:

1. Al sentarte:

2. Al dormir:

  • Dormir de lado con almohada entre las rodillas.
  • Si duermes boca arriba, pon una almohada bajo las rodillas.
  • El colchón y la almohada deben adaptarse a tu cuerpo.

3. Al levantar peso:

  • Dobla las rodillas, no la espalda.
  • Mantén la carga cerca del cuerpo.
  • Evita giros bruscos durante la carga.

4. Al caminar o estar de pie:

  • Reparte el peso equitativamente entre ambos pies.
  • Activa suavemente el abdomen para proteger la zona lumbar.
  • Usa calzado cómodo; evita tacones altos por periodos prolongados.

Diagnóstico, fisioterapia y ejercicio: una alianza para tu bienestar

Sabemos que convivir con dolor lumbar crónico puede ser frustrante. Pero también sabemos, por nuestra experiencia diaria con pacientes en Málaga, que es posible mejorar, sentirse más libre y recuperar el ritmo de vida.
No se trata de soluciones mágicas, sino de un proceso integral donde el diagnóstico, la fisioterapia, el ejercicio y tus propios hábitos trabajan en el mismo equipo.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, adoptamos un enfoque multidisciplinar que pone a la persona —no solo al dolor— en el centro. Desde el primer reconocimiento médico hasta las sesiones de recuperación funcional, nuestro objetivo es acompañarte con cercanía, profesionalidad y resultados.

No te resignes. Cada día es una oportunidad para moverte mejor, respirar más profundo y sentirte más fuerte.

En nuestro centro encontrarás un equipo especializado en dolor lumbar crónico, preparado para ayudarte a recuperar calidad de vida.

  • Centro Médico Deportivo Pérez‑Frías – Calle Curtidores 1, 29006 Málaga
  • Horario: lunes a viernes de 09:00 a 20:00
  • Teléfono: +34 951 10 67 35
  • Email: info@cmdperezfrias.com

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, cada vez atendemos a más personas con dolor en la mandíbula, tensión en el cuello, cefaleas y mareos sin causa aparente. En muchos casos, el origen está en un enemigo silencioso: el bruxismo. Pero ¿qué lo provoca y por qué afecta tanto al cuello?

En este artículo te explicamos qué es el bruxismo, cómo está relacionado con el estrés y por qué puede causar molestias cervicales. Además, te contamos cómo desde nuestra unidad de fisioterapia en Málaga abordamos estos síntomas de forma integral y personalizada.

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es un hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, ya sea durante el día o mientras dormimos. Aunque durante años se consideró un problema dental, hoy se sabe que su origen es multifactorial, con un componente neuromuscular y emocional muy relevante.

Se distinguen dos tipos principales:

  • Bruxismo diurno: suele aparecer en momentos de estrés o concentración.
  • Bruxismo nocturno: ocurre mientras dormimos, generalmente sin darnos cuenta.

Ambos tipos generan tensión en los músculos de la cara, el cuello y la zona cervical, y ahí es donde la fisioterapia especializada en disfunciones temporomandibulares (ATM) cobra protagonismo.

¿Qué papel juega el estrés en el bruxismo?

El estrés es uno de los principales desencadenantes del bruxismo. Ante situaciones de tensión, el cuerpo reacciona con un aumento del tono muscular, especialmente en zonas como la mandíbula y el cuello. Si esta tensión se mantiene, aparece el bruxismo… y sus consecuencias.

Se forma un círculo vicioso:

Más estrés → Más tensión → Más bruxismo → Más dolor → Más estrés.

Además, el estrés puede generar contracturas, rigidez cervical y dolor crónico, incluso sin que se llegue a apretar los dientes de forma consciente.

¿Cómo afecta el bruxismo al cuello?

Aunque parece un problema localizado en la boca, el bruxismo repercute directamente en la zona cervical. Veamos cómo:

1. Tensión muscular en cadena

Los músculos de la masticación (maseteros, temporales) se sobrecargan y transmiten tensión a músculos del cuello como trapecios, esternocleidomastoideos y suboccipitales.

2. Cambios posturales

El bruxismo puede alterar la alineación entre el cráneo y la columna cervical, lo que provoca mala postura, cefaleas tensionales y molestias en cuello y espalda.

3. Disfunción de la ATM

La articulación temporomandibular (ATM) sufre directamente. Esto puede causar chasquidos al abrir la boca, mareos, dolor irradiado al cuello y limitación del movimiento mandibular.

4. Trastornos del sueño

El bruxismo nocturno reduce la calidad del sueño, lo que influye en la recuperación muscular y aumenta la sensibilidad al dolor durante el día.

¿Cómo tratamos el bruxismo desde la fisioterapia?

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, abordamos el bruxismo con un enfoque global, personalizado y basado en la evidencia. Estas son las principales herramientas terapéuticas que utilizamos:

Valoración completa

Evaluamos no solo la mandíbula, sino también la postura, la columna cervical, el patrón respiratorio y el nivel de estrés, para encontrar el origen del problema.

Terapia manual

Aplicamos técnicas específicas en la musculatura masticatoria y cervical para relajar, descomprimir y restaurar el equilibrio funcional. Esto reduce el dolor y la tensión.

Reeducación postural

Muchos pacientes presentan una postura adelantada de la cabeza que agrava el problema. Con ejercicios específicos, trabajamos para recuperar una alineación saludable.

Ejercicios de control motor

Enseñamos al paciente a identificar y relajar la mandíbula y el cuello, evitando el apretamiento involuntario durante el día.

Técnicas de respiración y relajación

Incorporamos herramientas como respiración diafragmática, mindfulness y estiramientos suaves para reducir el estado de alerta y favorecer la recuperación.

Trabajo multidisciplinar

Colaboramos con odontólogos, psicólogos y médicos cuando el tratamiento requiere férulas de descarga, abordaje emocional o diagnóstico complementario.

¿Qué puedes hacer tú para prevenir el bruxismo?

Además del tratamiento con fisioterapia, puedes aplicar estos consejos en tu día a día:

  • Evita morder bolígrafos, hielo o uñas.
  • Cuida tu higiene del sueño: duerme bien y a horas regulares.
  • Relaja la mandíbula: recuerda mantener los dientes separados y la lengua en el paladar.
  • Gestiona el estrés con actividades relajantes como deporte suave, meditación o lectura.
  • Hidrátate y come bien: una buena nutrición ayuda al sistema muscular.
  • No ignores las molestias: si notas dolor o rigidez, actúa pronto.

En resumen: escucha a tu cuerpo y actúa

El bruxismo es mucho más que apretar los dientes. Es una señal de desequilibrio que puede estar relacionada con el estrés, la postura y la salud cervical. Cuando no se trata a tiempo, puede afectar seriamente a la calidad de vida.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, contamos con fisioterapeutas expertos en bruxismo, ATM y dolor cervical en Málaga. Si sientes que este artículo describe lo que te ocurre, no lo dejes pasar. Cuanto antes empieces, mejor será la recuperación.

¿Alguna vez has sentido que tus rodillas se quejan al subir escaleras o que tu espalda protesta tras un día sentado frente al ordenador? Aunque muchos piensan que estas molestias son “normales con la edad”, la realidad es que suelen ser una señal de alerta de nuestro cuerpo. Y la mejor noticia es que el dolor osteoarticular se puede prevenir.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, recibimos cada semana a pacientes preocupados por dolor en articulaciones o dolores crónicos que afectan su calidad de vida. En muchos casos, descubrimos que unos pequeños cambios en los hábitos diarios habrían reducido notablemente estas molestias.

En este artículo te explicamos qué es el dolor osteoarticular, por qué aparece y cómo prevenirlo con hábitos saludables, sin depender siempre de fármacos o tratamientos invasivos.

¿Qué es el dolor osteoarticular?

El dolor osteoarticular es la molestia que afecta a las articulaciones (hombros, caderas, rodillas, tobillos) y a los huesos que las rodean. En muchos casos también involucra ligamentos, tendones y músculos, generando sensación de rigidez, inflamación o dolor al moverse.

Las principales causas de este dolor son:

  • Lesiones como esguinces, fracturas o tendinitis.
  • Procesos degenerativos como la artrosis.
  • Inflamación articular (artritis).
  • Sobrecargas mecánicas o posturales.
  • Sedentarismo prolongado.
  • Exceso de peso y factores metabólicos como la obesidad.

Lo más importante es que muchos de estos factores son modificables, es decir, podemos actuar sobre ellos con cambios en nuestros hábitos de vida.

Por qué aparece el dolor osteoarticular

Existen varias razones que explican por qué estas molestias pueden instalarse en nuestro día a día:

1. Falta de movimiento

El cuerpo humano está diseñado para moverse. Si pasamos muchas horas sentados, las articulaciones se vuelven rígidas, los músculos pierden fuerza y el cartílago articular se desgasta más rápido.

2. Malas posturas

Trabajar frente al ordenador encorvados, dormir en posiciones inadecuadas o caminar de forma incorrecta genera sobrecargas que a largo plazo se traducen en dolor osteoarticular.

3. Exceso de peso

El sobrepeso sobrecarga las articulaciones, especialmente rodillas y tobillos, acelerando el desgaste del cartílago y aumentando el riesgo de artrosis.

4. Estrés y tensión muscular

El estrés mantenido provoca contracturas en cuello, hombros y espalda, generando dolor crónico y limitando la movilidad.

7 hábitos saludables para prevenir el dolor osteoarticular

La prevención articular no requiere grandes esfuerzos: pequeños cambios diarios pueden marcar la diferencia.

1. Mantente activo con ejercicios de bajo impacto

Caminar, nadar, montar en bicicleta o hacer ejercicios de movilidad articular ayudan a fortalecer los músculos y mantener un peso saludable.

Tip: Realiza al menos 150 minutos semanales de actividad moderada. Si ya sientes dolor, acude a un fisioterapeuta para adaptar tu rutina.

2. Cuida tu postura en el trabajo y en casa

Mantener la espalda recta, los hombros relajados y los pies apoyados en el suelo reduce el riesgo de molestias articulares.

Tip: Haz pausas activas cada hora para levantarte, estirarte y reactivar la circulación.

3. Fortalece la musculatura

Los músculos fuertes protegen las articulaciones y previenen lesiones.

Tip: Incorpora ejercicios de fuerza adaptados a tu nivel, especialmente para core, espalda y piernas.

4. Controla tu peso

Un peso saludable reduce la presión sobre rodillas, caderas y tobillos.

Tip: Perder solo un 5-10% del peso corporal alivia significativamente el dolor articular en personas con sobrepeso.

5. Sigue una alimentación antiinflamatoria

Incluye frutas, verduras, pescado azul, frutos secos y cereales integrales. Reduce el consumo de ultraprocesados, azúcar y grasas saturadas.

Tip: Añade omega 3 (como nueces o salmón), vitamina D y calcio para mantener los huesos fuertes.

6. No ignores el dolor

El dolor es un aviso de tu cuerpo. Detectarlo a tiempo previene lesiones crónicas.

Tip: Acudir al fisioterapeuta ante molestias recurrentes es clave para evitar complicaciones.

7. Descansa bien

El sueño reparador permite que los tejidos se regeneren y disminuye la percepción del dolor.

Tip: Duerme entre 7-8 horas y utiliza un colchón adecuado que respete la curvatura natural de la columna.

Importancia de la fisioterapia preventiva

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, aplicamos fisioterapia preventiva para:

  • Corregir desequilibrios musculares.
  • Mejorar la movilidad articular.
  • Reducir la tensión y el dolor.
  • Enseñar ejercicios personalizados para prevenir lesiones.

Contamos con tratamientos individualizados como terapia manual, masaje descontracturante, estiramientos guiados y punción seca, siempre adaptados a cada paciente.

Nuestro enfoque es actuar antes de la lesión, ayudándote a vivir sin dolor y con plena movilidad.

Vive sin dolor: empieza hoy a cuidar tus articulaciones

El dolor osteoarticular no tiene por qué ser parte inevitable de tu vida. Adoptar hábitos saludables, mantenerte activo y contar con el acompañamiento profesional adecuado puede cambiarlo todo.

Si quieres prevenir molestias articulares o ya notas dolor en tus rodillas, caderas o espalda, en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías estamos listos para ayudarte a vivir mejor, con menos dolor y más salud.

Reserva tu cita y empieza a moverte sin dolor.

A medida que cumplimos años, es normal que nuestro cuerpo comience a enviarnos señales de desgaste. Una de las molestias más frecuentes en personas mayores es el dolor de rodilla, una dolencia que puede afectar profundamente la movilidad, la independencia y, en consecuencia, la calidad de vida.

Sin embargo, aunque sea común, el dolor de rodilla no tiene por qué convertirse en una condena inevitable. Con un diagnóstico adecuado, tratamiento fisioterapéutico personalizado y la práctica regular de ejercicio adaptado, es posible reducir el dolor, recuperar movilidad y vivir con mayor bienestar.

Desde el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, en Málaga, queremos explicarte cuáles son las causas más habituales del dolor de rodilla en personas mayores, por qué se produce y cómo puede tratarse de manera efectiva.

Causas del dolor de rodilla en personas mayores

La rodilla es una de las articulaciones más complejas y utilizadas del cuerpo humano. Soporta gran parte del peso corporal y participa en movimientos básicos como caminar, subir escaleras, sentarse o levantarse.

Con el paso del tiempo, esta articulación puede empezar a mostrar signos de desgaste, especialmente si no ha recibido el cuidado adecuado a lo largo de los años.

A continuación, repasamos las causas más comunes del dolor de rodilla en personas mayores.

Artrosis o desgaste articular

Es la causa más frecuente de dolor de rodilla en la tercera edad. La artrosis consiste en un deterioro progresivo del cartílago que recubre los huesos de la articulación. Al desgastarse este cartílago, los huesos pueden rozar entre sí, provocando dolor, rigidez, chasquidos y limitación del movimiento.

Esta dolencia puede agravarse en personas con sobrepeso, inactividad prolongada o historial familiar de enfermedades articulares.

Artritis reumatoide

Se trata de una enfermedad autoinmune que afecta a la membrana sinovial de las articulaciones. En la rodilla, puede provocar inflamación, dolor persistente, calor local y deformidad si no se trata adecuadamente. A diferencia de la artrosis, suele afectar a ambas rodillas y a otras articulaciones de forma simultánea.

Lesiones internas: meniscos y ligamentos

A lo largo de los años, los tejidos blandos como meniscos o ligamentos pueden debilitarse, perdiendo elasticidad y capacidad de respuesta. Esto aumenta el riesgo de lesiones, incluso con movimientos simples. Una antigua lesión no tratada o una caída leve pueden derivar en dolor crónico si no se abordan de forma adecuada.

Bursitis

La bursitis es la inflamación de las bursas, pequeñas bolsas con líquido que reducen la fricción entre tendones, músculos y huesos. Puede producir dolor localizado, sobre todo al arrodillarse, caminar durante largos periodos o realizar movimientos repetitivos.

Desequilibrio muscular o pérdida de fuerza

En ocasiones, el problema no se origina en la articulación, sino en la musculatura que la rodea. La pérdida de fuerza en cuádriceps, glúteos o isquiotibiales, así como desequilibrios posturales, pueden sobrecargar la rodilla, alterando su biomecánica y generando dolor al moverse.

Cómo abordar el dolor de rodilla: el papel de la fisioterapia y el ejercicio

Muchas personas tienden a recurrir a soluciones rápidas como el reposo o los antiinflamatorios. Si bien estos pueden aliviar temporalmente los síntomas, no actúan sobre la raíz del problema. En este sentido, tanto la fisioterapia como el ejercicio terapéutico adaptado tienen un papel esencial en el tratamiento del dolor de rodilla en personas mayores.

Fisioterapia individualizada: aliviar, corregir y prevenir

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías llevamos a cabo una valoración individualizada para cada paciente, atendiendo no solo al dolor, sino a su origen, evolución y características funcionales. El objetivo no es solo aliviar el dolor, sino también mejorar la movilidad, corregir patrones de movimiento y prevenir futuras recaídas.

Entre las técnicas que utilizamos se encuentran:

  • Terapia manual para mejorar la movilidad articular, liberar tensiones y reducir la rigidez.
  • Electroterapia y radiofrecuencia para disminuir la inflamación y aliviar el dolor.
  • Estiramientos específicos para recuperar la elasticidad de los músculos implicados.
  • Reeducación del movimiento para mejorar la forma de caminar, levantarse o agacharse sin forzar la articulación.

Todo tratamiento se personaliza en función del estado de la rodilla, el historial clínico y las necesidades del paciente.

Ejercicio terapéutico: moverse de forma segura

Uno de los grandes errores al experimentar dolor articular es evitar el movimiento. La inactividad puede empeorar la situación, provocando rigidez, pérdida de masa muscular y mayor sobrecarga en la articulación.

El ejercicio terapéutico adaptado no solo es seguro, sino que resulta fundamental para la recuperación. Entre sus beneficios destacan:

  • Fortalece los músculos estabilizadores de la rodilla.
  • Mejora el equilibrio, la coordinación y la seguridad al caminar.
  • Aumenta la flexibilidad y la amplitud de movimiento.
  • Estimula la lubricación natural de la articulación.

En nuestro centro, diseñamos planes de ejercicio individualizados que pueden incluir trabajo con bandas elásticas, bicicleta estática, ejercicios en el suelo o incluso actividad acuática, ideal por su bajo impacto articular.

La importancia de actuar a tiempo

Una de las ideas clave que queremos transmitir es que es posible vivir sin dolor si se actúa a tiempo. No es necesario esperar a que el dolor sea intenso o incapacitante para buscar ayuda. Cuanto antes se intervenga, mejores serán los resultados.

La fisioterapia no solo trata, también educa. Enseñamos a las personas mayores a escuchar su cuerpo, a corregir hábitos posturales y a adquirir herramientas para cuidar de sus articulaciones en el día a día. Recuperar la confianza en el propio cuerpo es parte esencial del proceso terapéutico.

Cuidar las rodillas es cuidar la autonomía

El dolor de rodilla puede convertirse en una barrera importante para mantener una vida activa e independiente.

Pero no tiene por qué ser así. Con un tratamiento fisioterapéutico adecuado y una rutina de ejercicios adaptados, muchas personas mayores vuelven a caminar sin molestias, a subir escaleras con seguridad y a recuperar actividades que creían perdidas.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, trabajamos cada día para ofrecer un enfoque integral, humano y riguroso. Nuestro objetivo es acompañarte en el proceso de recuperación y ayudarte a mejorar tu calidad de vida sin recurrir a soluciones invasivas.

Si tú o un familiar estáis experimentando molestias en la rodilla, os animamos a consultar con nuestro equipo. El primer paso hacia una vida sin dolor comienza con una valoración profesional.

¿Notas que cuando estás muy estresado te duele el cuello? ¿Sientes rigidez, presión o incluso dolores de cabeza que comienzan en la zona cervical?

Si la respuesta es sí, no estás solo. Cada vez más personas acuden a consulta por molestias en el cuello, tensión en la espalda alta o una sensación constante de “carga” sobre los hombros. Y, en muchos de estos casos, el origen no es únicamente físico.

En este artículo queremos explicarte, de forma clara y cercana, cómo el estrés emocional puede afectar directamente a tu cuerpo, en especial a la zona cervical y la cabeza. Además, abordaremos por qué es fundamental tratar este tipo de dolencias desde un enfoque multidisciplinar que contemple tanto los factores físicos como los emocionales.

¿Por qué el cuello es una de las zonas más afectadas por el estrés?

El cuello es una de las regiones más sensibles a los efectos del estrés. Cuando atravesamos periodos de ansiedad, tensión emocional o sobrecarga mental, el cuerpo reacciona con una contracción muscular involuntaria, sobre todo en la nuca, los trapecios y los hombros.

Esta respuesta automática del organismo es muy común, y muchas personas la describen como la sensación de “llevar una mochila invisible todo el día”.

Además, el estrés también modifica nuestra postura corporal. En situaciones de presión o preocupación, es habitual que adoptemos posturas defensivas o encorvadas: subimos los hombros, apretamos la mandíbula o inclinamos la cabeza hacia adelante sin darnos cuenta.

Estos gestos, repetidos a lo largo del día, generan una sobrecarga muscular que puede derivar en rigidez cervical, limitación del movimiento, cefaleas tensionales y fatiga acumulada.

El estrés emocional también es físico

Durante mucho tiempo se creyó que el estrés era un fenómeno exclusivamente psicológico. Sin embargo, hoy sabemos que sus efectos tienen una clara manifestación física. Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, el sistema nervioso activa una respuesta de alerta que incluye la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina.

Esto mantiene al cuerpo en un estado de activación constante, afectando a múltiples funciones como la digestión, el ritmo cardíaco, la respiración y, por supuesto, la musculatura.

Cuando esta situación de estrés se prolonga en el tiempo, el cuerpo permanece en tensión permanente. Los músculos no logran relajarse del todo, y esto da lugar a contracturas, dolor crónico, sensación de agotamiento y malestar generalizado.

Dolor cervical: cada caso es diferente y requiere un análisis completo

Uno de los errores más frecuentes al tratar el dolor cervical es asumir que todos los casos se originan de la misma forma. En realidad, el dolor en el cuello puede tener múltiples causas: desde una mala postura frente al ordenador hasta una lesión específica, el sobreesfuerzo físico o la tensión emocional acumulada.

Por eso, en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías insistimos siempre en la importancia de una valoración personalizada y completa. Antes de iniciar cualquier tratamiento, es necesario entender el origen real del dolor.

En muchos pacientes, la causa es mixta: una combinación de tensión muscular, postura inadecuada y un alto nivel de estrés emocional. Atender únicamente al síntoma sin abordar el contexto general puede limitar los resultados terapéuticos y perpetuar el problema en el tiempo.

Tratamiento del dolor cervical con enfoque multidisciplinar

Cuando el dolor cervical tiene un componente emocional claro, no basta con aliviar la musculatura en una única sesión. Lo ideal es diseñar un tratamiento integral que combine distintas estrategias terapéuticas adaptadas a las necesidades de cada persona.

Fisioterapia y terapia manual

Desde la fisioterapia trabajamos para liberar la tensión acumulada, mejorar la movilidad cervical y devolver al cuerpo una sensación de bienestar y equilibrio. Algunas de las técnicas más efectivas que utilizamos son:

  • Masoterapia y liberación miofascial
  • Movilización articular suave
  • Estiramientos guiados
  • Técnicas respiratorias y de relajación corporal

Estas herramientas ayudan no solo a reducir el dolor, sino a restablecer el tono muscular y fomentar un estado más relajado y funcional del cuerpo.

Ejercicio terapéutico y reeducación postural

El movimiento consciente es una herramienta fundamental para romper el patrón de tensión crónica. A través de ejercicios personalizados, trabajamos la postura, la estabilidad y la movilidad, favoreciendo una recuperación más completa.

Actividades como el ejercicio terapéutico, los estiramientos suaves o la reeducación postural contribuyen a que el cuerpo aprenda a salir del estado de alerta en el que permanece cuando hay estrés.

Apoyo psicológico o emocional

Cuando el estrés o la ansiedad están muy presentes, es recomendable contar con el apoyo de un profesional de la psicología. A veces, identificar las fuentes de tensión, expresarlas o aprender herramientas de gestión emocional puede marcar la diferencia entre una mejora parcial y una recuperación profunda. Por eso, en los casos que lo requieren, ofrecemos una coordinación directa con especialistas en salud mental.

El estrés no es una excusa: es una causa real de dolor

Una de las frases más habituales que escuchamos en consulta es: “seguro que es solo estrés”. Y muchas veces se dice con la intención de restarle importancia al malestar. Sin embargo, esa tensión emocional no solo es suficiente para generar dolor físico, sino que puede cronificarse si no se trata a tiempo.

El cuerpo y la mente están profundamente conectados. Lo que no se expresa emocionalmente, muchas veces se manifiesta físicamente. Por eso, dejar pasar estas molestias puede derivar en problemas más serios a medio o largo plazo, afectando al sueño, al rendimiento diario y al estado de ánimo general.

¿Qué puedes hacer si te sientes identificado?

Si este artículo refleja lo que estás sintiendo, hay algunas acciones que puedes empezar a tomar desde hoy:

  1. Haz pausas activas cada hora. Mueve el cuello, baja los hombros, estira los brazos y respira con calma.
  2. Revisa tu postura, especialmente frente al ordenador o el móvil. Mantén la espalda recta y la cabeza alineada.
  3. Dedica unos minutos al día a practicar alguna técnica de relajación, como respiración consciente o meditación guiada.
  4. Consulta con un profesional si el dolor persiste. Una valoración adecuada puede ayudarte a entender qué está pasando y cómo tratarlo.

¿Necesitas ayuda profesional en Málaga?

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías contamos con un equipo especializado en el tratamiento del dolor cervical relacionado con el estrés. Nuestro enfoque es integrador: combinamos la fisioterapia, el ejercicio terapéutico y, cuando es necesario, el apoyo psicológico para ayudarte a recuperar tu bienestar de forma global.

Si sientes que la tensión emocional está afectando a tu cuerpo, no lo dejes pasar.

Pide tu cita previa hoy mismo y déjanos ayudarte a recuperar tu equilibrio físico y emocional.

Puedes contactarnos en el teléfono 951 10 67 35 o a través de nuestro formulario online:
➡️ Solicita tu cita aquí

¿Alguna vez has sentido un dolor molesto en la parte baja de la espalda después de estar muchas horas sentado frente al ordenador o tras un día largo trabajando de pie? Si tu respuesta es sí, no estás solo.

El dolor lumbar es uno de los motivos de consulta más frecuentes en fisioterapia, y suele estar muy relacionado con las posturas mantenidas durante mucho tiempo.

En este artículo vamos a hablar, de manera clara y cercana, sobre por qué aparece ese dolor lumbar cuando pasamos muchas horas en la misma posición, qué consecuencias puede tener a largo plazo y, lo más importante, qué podemos hacer para prevenirlo y tratarlo desde un enfoque profesional como el que ofrecemos en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, en Málaga.

¿Por qué nos duele la zona lumbar al estar mucho tiempo de pie o sentados?

La zona lumbar —la parte baja de la espalda— es una región clave para el movimiento y la estabilidad del cuerpo. Soporta buena parte del peso corporal y actúa como una bisagra entre el tronco y las piernas. Pero cuando pasamos mucho tiempo en una misma postura —ya sea de pie, sentado, encorvado, con las piernas cruzadas o mal apoyados—, esta zona se ve forzada a trabajar de forma poco eficiente.

Principales causas del dolor lumbar por posturas prolongadas

  1. Fatiga muscular: mantener los músculos activos sin descanso provoca sobrecarga y contracturas.
  2. Compresión articular: al estar mucho tiempo sentado, sobre todo con mala postura, se comprimen las vértebras y los discos intervertebrales.
  3. Falta de movilidad: si no te mueves con regularidad, los tejidos pierden flexibilidad, las articulaciones se vuelven rígidas y aparece la tirantez.
  4. Mala postura repetida: mirar el móvil encorvado o cargar el peso del cuerpo siempre en una pierna son hábitos que desajustan la biomecánica lumbar.

¿Qué pasa si no lo tratamos a tiempo?

El dolor lumbar mantenido en el tiempo puede derivar en problemas más complejos como hernias discales, ciática o alteraciones posturales generalizadas.

Además, la falta de movilidad afecta a otras zonas del cuerpo y puede generar compensaciones que terminan en molestias en cervicales, hombros o rodillas.

Por eso es fundamental no normalizarlo y buscar ayuda profesional cuanto antes. Tratar el dolor lumbar a tiempo mejora la calidad de vida y evita futuras limitaciones funcionales.

La clave: un buen diagnóstico

Aunque parezca un dolor común, no todos los casos son iguales. Por eso, lo primero que hacemos en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías es una valoración detallada y personalizada.

Analizamos en qué momento aparece el dolor, qué factores lo agravan o alivian, el tipo de trabajo que realiza la persona y sus hábitos posturales y de movimiento.

También valoramos el estado de la musculatura, las articulaciones y la movilidad del cuerpo en general. A veces, el origen del dolor no está en la zona lumbar, sino en desequilibrios en la pelvis, debilidad en el abdomen o incluso una mala forma de caminar.

En estos casos es clave entender cómo prevenirlo y tratarlo desde la fisioterapia para evitar que se cronifique.

Tratamiento del dolor lumbar en Málaga

Una vez detectado el origen, el tratamiento se basa en dos pilares: la fisioterapia y el ejercicio terapéutico adaptado.

Fisioterapia para aliviar el dolor y recuperar movilidad

El objetivo en esta fase es reducir el dolor, desinflamar, liberar tensiones y preparar al cuerpo para moverse con más libertad. Algunas de las técnicas que aplicamos son:

  • Terapia manual: movilizaciones, masajes terapéuticos y técnicas miofasciales.
  • Electroterapia o diatermia: útil en casos de contracturas profundas o puntos gatillo.
  • Estiramientos específicos: ayudan a relajar y devolver elasticidad a los músculos sobrecargados.
  • Educación postural: para que la persona aprenda a moverse y colocarse de forma más saludable en su día a día.

Ejercicio terapéutico: el paso más importante

Una vez controlado el dolor, es momento de fortalecer la musculatura, mejorar la postura y prevenir futuras recaídas. En esta etapa trabajamos:

  • El fortalecimiento del core (zona abdominal y lumbar).
  • La movilidad de cadera y pelvis.
  • La conciencia corporal y los buenos hábitos de movimiento.

Este tipo de ejercicios son siempre dirigidos y adaptados por nuestros fisioterapeutas, muy distintos al ejercicio tradicional de gimnasio. Aquí lo importante es moverse con calidad, no con cantidad.

¿Qué puedes empezar a hacer desde hoy?

Aunque contar con un equipo profesional es la mejor opción, hay algunas acciones que puedes aplicar desde ya para aliviar el dolor lumbar:

  1. Muévete cada hora: levántate del asiento, estira los brazos, cambia de postura. Si estás de pie mucho tiempo, alterna el peso entre ambas piernas.
  2. Corrige tu postura: mantén la espalda recta y los hombros relajados. Evita encorvarte o cruzar las piernas durante horas.
  3. Descansa y mantente hidratado: el sueño y la hidratación también influyen en la salud de músculos y articulaciones.
  4. Haz ejercicio guiado regularmente: especialmente ejercicios de movilidad, estabilidad y fortalecimiento lumbar.

El dolor lumbar por pasar mucho tiempo sentado o de pie no es una condena inevitable. Es una señal de que tu cuerpo necesita atención y cambio de hábitos. Lo importante es no ignorarlo.

En el Centro Médico Deportivo Pérez Frías, en Málaga, te ayudamos a recuperar tu bienestar desde un enfoque integral, con fisioterapia avanzada y ejercicio terapéutico adaptado. Si el dolor lumbar está afectando tu vida diaria, no lo dejes pasar.

👉 Pide tu cita previa con nuestro equipo y empieza a moverte sin dolor.