Volver a la rutina sin dolor
Después de unos merecidos días (o semanas) de descanso, toca volver a la rutina. El final del verano, el regreso a la oficina, la vuelta al entrenamiento… Todo se reactiva.
Pero con ese “volver a empezar”, también llegan sensaciones que a muchos nos resultan familiares: rigidez, molestias musculares, dolor en la zona lumbar, tensión en el cuello, pesadez en las piernas… ¿Te suena?
No estás solo. Cada año, en el Centro Médico Deportivo Pérez Frías vemos cómo septiembre se convierte en un mes de “reencuentros” no solo con la actividad, sino también con ciertos dolores. Pero no te preocupes: la clave está en entender qué le pasa al cuerpo y cómo puedes prevenirlo antes de que se convierta en un problema mayor.
¿Por qué duele al volver?
Durante el descanso vacacional, nuestro cuerpo se adapta a nuevas dinámicas. Dormimos más (o menos), nos movemos diferente, cambiamos nuestra alimentación, y, en general, bajamos el ritmo o lo cambiamos por completo. Esto no es malo, de hecho, es necesario para desconectar, pero el cuerpo, como una máquina bien afinada, nota cada cambio.
Y luego, de repente, ¡vuelta a la silla de oficina durante 8 horas! O, peor aún, intentamos retomar el entrenamiento donde lo dejamos, como si no hubieran pasado dos o tres meses. ¿Resultado? Sobreuso, tensiones musculares, inflamación, molestias articulares y una sensación general de “estar fuera de forma”.
Las molestias más comunes de septiembre
Cada persona es un mundo, pero hay ciertos síntomas que se repiten año tras año:
- Dolor cervical y lumbar por malas posturas prolongadas al volver a trabajar frente al ordenador.
- Tensión en la espalda y hombros, especialmente si usamos portátil sin una postura adecuada.
- Molestias en las rodillas o tobillos al volver a correr o hacer deporte sin una readaptación progresiva.
- Contracturas musculares por un exceso de entusiasmo en el gimnasio después de un parón.
- Fatiga generalizada por el estrés de la vuelta combinada con la falta de movilidad o un sobreesfuerzo físico.
¿Cómo prevenir estos dolores?
La buena noticia es que estos síntomas, en su mayoría, se pueden prevenir. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos que puedes empezar a aplicar desde hoy:
1. Escucha a tu cuerpo
Parece obvio, pero muchas veces ignoramos las señales. Si notas rigidez al despertarte, cansancio acumulado o dolores que no estaban antes, no lo pases por alto. Son avisos tempranos de que algo necesita atención.
2. Vuelve al ejercicio progresivamente
No intentes retomar tu rutina deportiva al 100% desde el primer día. La progresión es tu mejor aliada. Empieza con sesiones más suaves, trabaja la movilidad y la técnica antes de añadir intensidad o peso. El objetivo no es “recuperar el tiempo perdido”, sino adaptarte sin lesionarte.

3. Cuida tu postura en el trabajo
Si pasas muchas horas sentado, asegúrate de que tu silla de trabajo sea ergonómica: apoyo lumbar, pantalla a la altura de los ojos, pies apoyados, y pausas activas cada hora para estirar y moverte un poco.
4. Hidrátate y aliméntate bien
El cuerpo necesita nutrientes para rendir y recuperarse. Una buena hidratación y una alimentación equilibrada ayudan a reducir la inflamación y a mejorar la respuesta muscular.
5. Establece una rutina de descanso
El sueño es clave para la recuperación física y mental. Volver a una rutina de horarios también implica regular el descanso nocturno. Dormir mal puede incrementar la percepción del dolor y dificultar el rendimiento.
El papel de la fisioterapia: no esperes a sentir dolor intenso
Uno de los errores más comunes que vemos en consulta es esperar a que el dolor sea intenso o persistente para pedir ayuda. Pero la fisioterapia no es solo tratamiento, también es prevención.
Un fisioterapeuta puede ayudarte a:
- Detectar desequilibrios musculares o malas posturas que podrían derivar en una lesión.
- Diseñar un plan de readaptación física si has estado inactivo durante un tiempo.
- Aplicar técnicas manuales o terapias específicas para aliviar tensiones y mejorar tu movilidad.
- Aconsejarte sobre ejercicios preventivos y hábitos saludables adaptados a tu rutina.
Incluso una sola sesión de fisioterapia al comenzar septiembre, puede marcar la diferencia entre una vuelta cómoda o una vuelta dolorosa.
¿Cuándo es buena idea venir a consulta en Málaga?
Aquí te dejamos algunas señales que indican que podría ser útil acudir a fisioterapia:
- Sientes un dolor recurrente al final del día, especialmente en espalda, cuello o piernas.
- Has notado una disminución en tu rendimiento físico o falta de movilidad.
- Estás empezando a entrenar de nuevo y quieres hacerlo con seguridad.
- Tienes antecedentes de lesiones y no quieres que reaparezcan.
- Estás pasando muchas horas sentado y comienzas a notar hormigueos o entumecimiento en alguna zona del cuerpo.
No hace falta “estar mal” para acudir a un fisioterapeuta. La fisioterapia preventiva puede ahorrarte semanas de dolor y ayudarte a disfrutar del proceso de volver a estar activo.
En resumen: adapta, escucha y cuida tu cuerpo
Volver a la rutina no tiene por qué ser sinónimo de molestias o frustración. Al contrario: puede ser una oportunidad para reconectar con tu cuerpo desde una perspectiva más consciente y cuidada.
Desde el Centro Médico Deportivo Pérez Frías en Málaga, te animamos a priorizar tu bienestar físico y a ver el regreso a la actividad como un proceso gradual, donde cada paso cuenta. Si necesitas orientación, revisión postural, tratamiento o simplemente quieres empezar septiembre con buen pie, estamos aquí para ayudarte.
Tu cuerpo te acompaña todos los días… ¿por qué no empezar a tratarlo como se merece?
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